Inicialmente estudió Filosofía en la Pontificia Universidad Católica de Chile y en 1967 ingresó a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde fue alumno y profesor ayudante de Marta Colvin y finalmente profesor titular de Escultura. En 1977 el Consejo Británico el otorgó una beca, para estudiar escultura avanzada en Saint Martin's School of Art en Londres, Inglaterra.

 

Su trabajo se caracteriza por el rescate de materiales autóctonos como madera y piedras, disponibles en el norte de nuestro país, factor que lo motivó a retornar en 1984. En tanto, su relación con la cordillera de Los Andes ocupa gran parte de su inspiración, pues busca reivindicar su valor: “El vacío de Los Andes es el vacío de Chile”, sentencia y lo materializa en sus obras.

 

Cuenta con una serie de piezas escultóricas de gran formato, que intervienen el espacio público. En ellas saca el máximo partido a la materialidad y sus características. Se trata de obras más bien abstractas, enormes volúmenes de líneas suaves que representan formas del paisaje, dejando espacio libre a la interpretación de los espectadores. “Para Francisco Gazitúa fue posible cambiar la presencia del escultor en la ciudad o en el paisaje, desde la antigua estatua a la contemporánea escultura pública…, siendo así ellos los únicos dueños del lugar que hoy la escultura contemporánea ocupa en el espacio urbano” (Peña 48).

 

Entre 1996 y 1999 estuvo a cargo de la línea Escultura en la Universidad Finís Terrae y enseñando a estudiantes de posgrado en su taller ubicado en Pirque. Desde 2008 forma parte de la comisión Metro Arte, encargada de las actividades culturales de la red de Metro de Santiago.  A lo largo de su carrera ha montado una serie de exposiciones individuales y colectivas, paralelamente, ha recibido una serie de distinciones. En 2021 alcanzó el Premio Nacional de Artes Plásticas.