Antoni Gaudí, maestro del Modernismo catalán

Antoni Gaudí, es conocido como el máximo representante del Modernismo catalán, es uno de los arquitectos más importantes del siglo XX y pioneros de las vanguardias artísticas de entonces. Contribuyó a crear la imagen de Barcelona, donde cada año miles de turistas visitan esta ciudad española, para admirar obras como el Parque Güell, la Casa Milá y la imponente Catedral de La Sagrada Familia.
Gaudí, nació el 25 de junio de 1852, hace 170 años en la región de Tarragona, sin que se sepa exactamente dónde, pues dos ciudades se disputan ese privilegio: Reus y Riudoms. Hijo de Francesc Gaudí i Serra, calderero como su abuelo y bisabuelo, y de Antonia Cornet i Bertrán. Fue un niño de salud delicada y profundamente religioso, formado en los padres escolapios de Reus. A los 15 años comenzó a dibujar ilustraciones para la revista El Arlequín. En 1873 ingresó a la Escuela Provincial de Arquitectura de Barcelona, titulándose cinco años más tarde. Mientras estudiaba arquitectura, trabajó como dibujante con el arquitecto Francesc de P. del Villar Lozano, en el proyecto del nuevo ábside de la iglesia del monasterio de Montserrat, que acogería el camarín de la Virgen. Entusiasta de Viollet-le-Duc, un famoso arquitecto francés, es reconocido por su estilo único e innovador, que incorporó formas naturales y materiales orgánicos. Una vez licenciado, colaboró con el arquitecto Joan Martorell, en la fachada de la catedral de Barcelona y otras iglesias.
Su primer encargo fue la casa Vicens, un edificio de estilo neogótico, residencia de verano de Manuel Vicens i Montaner, corredor de cambio y bolsa. Posteriormente, trabajó para el empresario textil Eusebio Güell, con quien formó una amistad duradera y se convirtió en su mecenas. Para él diseñó el Park Güell, inaugurado en 1904.
La arquitectura de Gaudí se caracteriza por el uso del “trencadís”: una técnica de revestimiento de estructura, con fragmentos irregulares de cerámica, que dan vida a luminosos mosaicos. El portal web de La Sagrada Familia señala que “escogía colores alegres y definidos para aportar luz, dinamismo y energía a su obra, y combinaba diferentes materiales y técnicas para reproducir efectos diversos. Además de la cerámica, también utilizaba vidrio, mármol o piedras”. Ildelfonso Falcone en El pintor de almas relata el tiempo y la prolijidad que empleaba en recolectar materiales, para desarrollar estos mosaicos.
El campanario dedicado al apóstol Bernabé fue el único que Gaudí alcanzó a terminar. Desde 2005 la fachada del Nacimiento y la cripta del templo forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO. En 2022, se prevé finalizar las torres de los evangelistas Lucas y Marcos y la subida de tres niveles de la torre de Jesucristo.
Siete de las obras de Gaudí son consideradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: El Parque Güell, Palacio Güell, Casa Milá, Casa Vicens, la obra de Gaudí en la fachada de la Natividad y la cripta de la Sagrada Familia, la Casa Batlló y la cripta de la Colonia Güell.
Antonio Gaudí murió atropellado por un tranvía el 10 de junio de 1926, a su funeral asistió un número importante de barceloneses en señal de gratitud a su trabajo que hoy identifica a la ciudad.