Benito Pérez Galdós: El mayor novelista español, después de Cervantes

Escritor español representante de la novela realista del siglo XIX, miembro de la Real Academia desde 1897 y nominado al Premio Nobel de Literatura en 1912. “Algunos especialistas y estudiosos le han considerado como el mayor novelista español después de Cervantes”, sostiene el portal de la Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico del Gobierno español. Nació en las Palmas de Gran Canaria, el 10 de mayo de 1843. Hijo del Teniente Coronel de Ejército Sebastián Pérez y Dolores Galdós. Escribió 31 novelas, 46 Episodios nacionales, 23 obras de teatro y el equivalente a 20 volúmenes de relatos y artículos periodísticos.
Desde pequeño destacó por sus dotes musicales y su afición al dibujo. Estudió en el Colegio San Agustín de su ciudad, donde colaboró en el periódico local El ómnibus. En 1862 se trasladó a Tenerife, para seguir un Bachillerato en Artes y posteriormente Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, entonces Universidad Central, carrera que abandonó en 1868, para dedicarse a la literatura. Este período, al mismo tiempo, lo alejó de un amor que lo marcó de por vida, su prima María Josefa Washington Galdós Tate, más conocida por Sisita. “La madre del joven, doña Dolores, detectó el romance y sus efectos en el chaval y, en cuanto Benito terminó el bachillerato, lo envió a Madrid para que estudiara Derecho y, de paso, se alejara de Sisita”, profundiza La Vanguardia.
Allí frecuenta artistas e intelectuales de la época. Escribió en los diarios La Nación, El Debate y también nacen sus primeras novelas La fontana de oro (1870), La sombra (1871) y El audaz (1871).
En 1873 inició la publicación de la primera serie de los Episodios nacionales, una colección de 46 tomos que repasan los principales capítulos de la historia moderna de España. Ignacio Soldevila en el marco del Congreso Internacional del Centenario “Max Aub, testigo del siglo XX” (2003), cita a este autor español, quien afirma que “si se perdiera todo el material histórico de esos años, salvándose la obra de Galdós, no importaría. Ahí está completa, viva, real, la vida de la nación durante los años que abarcó”. Estas palabras dejan en evidencia el valioso aporte de su trabajo, el cual constituye una buena parte de la memoria de esa nación.
Durante la década de 1880 su popularidad ante los lectores aumentaba, gracias a la publicación de la segunda serie de Episodios nacionales. Aparte de Madrid, Galdós, pasaba largas temporadas en su casa de Santander, ciudad en la que organizó interesantes tertulias frecuentadas por la intelectualidad.
En esos años se conecta con el Naturalismo, el cual se refleja en obras como La desheredada (1881), la primera de sus novelas contemporáneas. Le siguen El amigo manso (1882) considerada por la crítica como una de las creaciones más originales del autor, El doctor centeno (1883), Tormento (1884) y La de bringas (1884). En 1897 publicó Fortunata y Jacinta: “Ambientada en Madrid, sobre el trasfondo de la Primera República, el golpe de Pavía y el inicio de la Restauración, recoge la historia del acomodado heredero Juanito Santa Cruz a partir de las vidas de su mujer legal (Jacinta) y su amante (Fortunata), puntualiza el portal Castalia Ediciones.
En la década siguiente sobresale su rol de dramaturgo, sin embargo, este trabajo fue criticado por tener un carácter esencialmente novelesco. Ciertamente, adaptó para el teatro sus propias novelas Realidad (1892), La loca de la casa (1893), Doña perfecta (1896). A este período corresponde Misericordia (1897), una de sus mejores novelas: “Ambientada en un universo marginal trazado con mano maestra, fantasía y verdad, naturalismo y lirismo se funden en esta obra impregnada de la inquietud por la espiritualidad y sus diversas manifestaciones que caracterizó la última etapa de su creación novelesca”, explica el sito Que libro leo.
Aficionado a la política, ingresó al Partido Progresista de Sagasta de tendencia liberal y más tarde al Republicano. En 1914 fue electo diputado por Las Palmas.
Aunque no se casó, tuvo una larga relación con Emilia Pardo-Bazán y de la Rúa-Figueroa, condesa de Pardo Bazán, también escritora, quien en 1883 se separó de su esposo José Quiroga, por no sentirse apoyada en su carrera periodística, esta relación se mantuvo hasta 1890. Más tarde nace su hija, María, fruto de su relación con Lorenza Cobián. En 1906 aparece su último amor Teodosia Gandarias, viuda y sin hijos, tenía veinte años menos que él.
Falleció en Madrid el 14 de enero de 1920 solo y en la pobreza más absoluta, vivía en una pieza de hotel propiedad de un sobrino.