Dante y su legado a la humanidad

Dante Alighieri (1265-1321) es considerado el padre de la lengua unificada italiana. Su trabajo está a la altura de Miguel de Cervantes para los españoles o Alexander Pushkin para los rusos pues, a 700 años de su muerte, su legado es parte del patrimonio cultural de la humanidad.
Su padre, Alighiero de Bellincione, fue un comerciante florentino que contrajo matrimonio con la joven noble Bella degli Abati, su madre, quien falleció cuando aún era un niño. El autor fue bautizado como Durante, que por abreviatura familiar quedó reducido a Dante. Tuvo una hermana mayor y dos hermanastros, Francesco y Gaetana, pues luego de enviudar Alighiero se casó con Lapa di Chiarissimo Cialuffi.
El poeta recibió una educación esmerada y heterogénea. Concurrió a la Universidad de Bolonia, conocía latín, francés y provenzal, a lo que sumó disciplinas como: música, danza, canto, dibujo y derecho. A los 18 años escribió su primera rima, pero fue bajo la influencia Guittone d’Arezzo y Bonagiunta Orbicciani, poetas que lo acercaron a los clásicos, que llegó al poeta romano Virgilio autor de la Eneida, su fiel compañero y guía durante su recorrido por el Infierno y el Purgatorio en La Divina Comedia.
D’Arezzo y Orbicciani son los principales exponentes de la “Scuola siculo-toscana”, que heredó la tradición de la poesía siciliana, cuyo tema central era el amor, al que sumaron otros como: política, guerra, moral y vida cotidiana. En paralelo, algunos jóvenes poetas florentinos, expresaron su interés por la complejidad estilística y lingüística de los siculo-toscani, promoviendo una lírica más dulce y afable. Dante se encontró en el medio de esta disputa literaria, pero pronto se ciñó a las bases de la poética del nuevo estilo, influenciado por la amistad que lo unía a Guido Cavalcanti.
A los 20 años contrajo matrimonio con Gemma Donati, quien provenía de una de las más importantes familias de la Florencia, que pronto se convirtió en el punto de referencia para el despliegue político opuesto al del poeta, es decir los güelfos negros. Junto a ella tuvo tres hijos: Jacopo, Pietro, Antonia y tal vez Giovanni.
Su primera experiencia amorosa la vivió durante la niñez, paseando por una calle florentina se cruzó con una niña de nueve años, Beatrice Portinari, hija de Folco Portinari, un acaudalado banquero florentino. Desde la Vita nuova, primera obra conocida del Dante, ella fue la donna de su mente, dejando entrever la irrealidad de su figura y su naturaleza fantasmal, pues interiormente transformó a la joven en su fuente de inspiración y en el único amor su vida. Años más tarde Beatrice contrajo matrimonio con el caballero Simone de’ Bardi y murió presumiblemente a los 24 años, hecho que sumergió al poeta en el más profundo dolor.
En paralelo, Dante tuvo una activa participación en el conflicto político que vivió Florencia a fines del siglo XIII, compartió férreamente la causa de los güelfos blancos: “capitaneados por la familia Cerchi, miembros del estamento nobiliario, aceptaban las demandas de las clases populares, de participar en la comuna florentina, y propugnaban el acercamiento entre el papado y el Imperio. Los güelfos negros, seguidores del linaje Donati, se aferraban a sus privilegios nobiliarios y eran decididos partidarios del pontífice, al tiempo que enemigos del Imperio”, explica La Vanguardia. Producto de este conflicto el autor fue condenado en rebeldía a ser quemado en la hoguera o partir al exilio en 1301.
Parte en las profundidades del Infierno y finaliza en las alturas del Paraíso. Está compuesta por 14.233 versos endecasílabos en terza rima, agrupados en 100 cantos, uno de ellos el prólogo, en tanto, Infierno, Purgatorio y Paraíso, se dividen en 33 cantos cada uno. En la obra participan tres personajes: El hombre representado por Dante, la razón personificada en Virgilio y la fe en Beatrice.
Durante el recorrido junto a Virgilio atraviesa los nueve círculos del Infierno, en cada uno se encuentra con ciudadanos, generalmente florentinos, a quienes consulta por qué fueron condenados, describiendo un entorno terrorífico. El autor no pretende aterrorizar a sus lectores con la descripción del abismo, sino instruirlos e inducirlos al bien por el conocimiento del mal. Es interesante destacar que a medida avanza, la gravedad de los pecados aumenta.
El Purgatorio está formado por nueve estancias divididas en: la antesala, las siete gradas y el paraíso terrenal. Aquí las almas purifican sus pecados capitales, para ascender al cielo, pero no pueden pasar libremente de una estación a otra, lo que sí está permitido a los viajeros, quienes interactúan con los penitentes durante el recorrido, que en total tardó cerca 48 horas.
Finalmente, Beatrice se encuentra en las puertas del Paraíso al cual no tiene acceso Virgilio, por ser pagano. Éste también se compone de nueve círculos y a través de su recorrido comparte con religiosos, santos y doctores de la iglesia, quienes profundizan sobre las virtudes y modelos positivos de conducta, en el canto 30 Beatriz es reemplazada por San Bernardo de Claraval, quien lo acompaña en el último tramo donde ve a la Virgen María, quien le permite acceder a Dios.
Otras obras de este poeta son: La Vita Nuova, Lengua vulgar, Monarquía y El convite.
Después de su exilio, Dante no regresó a Florencia. Murió entre el 13 y el 14 de septiembre de 1321, luego de contraer malaria en un viaje desde Venecia a Ravena. Fue sepultado en medio de solemnes homenajes, en la iglesia de San Francisco de Ravena, una ciudad ubicada al norte de Italia.