Félix Mendelssohn: el autor de la Marcha nupcial

Félix Mendelssohn Bartholdy fue un destacado compositor y director de orquesta alemán y una de las principales figuras del Romanticismo europeo del siglo XIX. Nació en Hamburgo el 3 de febrero de 1809 en el seno de una familia adinerada. Su padre, Abraham, era un rico banquero perteneciente a la aristocracia judío alemana. Su madre, Lea Salomon Bartholdy, una pianista con sólidos conocimientos de literatura alemana, proveniente de una familia de banqueros berlineses. Fue el segundo de cuatro hermanos dos hombres y dos mujeres.
Era una persona distinguida y elegante. A temprana edad identificó su vocación musical. Desde pequeño sobresalió como un pianista fabuloso con características únicas. Debutó a los nueve años como pianista, a los 10 ingresó en la prestigiosa Singakademie de Berlín y a los 17 compuso El sueño de una noche de verano, obra que contiene la famosa Marcha nupcial. En 1827 ingresó en la Universidad de Berlín, asistiendo a las clases de Hegel, el destacado filósofo del idealismo alemán.
En 1828 compuso la obertura Mar tranquilo y viaje feliz opus 27, título que expresa su anhelo de viajar. Un año más tarde llegó a Inglaterra, donde la sociedad lo recibió con admiración. A pocos meses, se transformó en uno de los compositores más reconocidos y la Sociedad Filarmónica lo designó miembro honorario. En tanto, su estilo influyó en el gusto musical inglés.
En 1837 contrajo matrimonio con Cécile Charlotte Sophia Jeanrenaud, hija de un clérigo protestante francés. De esta unión nacieron cinco hijos. Paralelamente, completó el Concierto para piano en re menor opus 40 y los Tres cuartetos opus 44.
Viajó a Escocia acompañado del poeta Karl Klingemann y visitó la capilla del palacio de María Estuardo, el cual inspiró la Sinfonía escocesa opus 56, obra que demoró 13 años de desarrollar. Se estrenó el 1842 junto a la Filarmónica de Londres y es considerada por la crítica especializada como una de sus oberturas más importantes.
Después de visitar Inglaterra y Escocia, su vida se colmó de actividades: componía, dirigía, daba conciertos en Alemania y otros países, donde alcanzaba gran popularidad.
El compositor Robert Schumann, un gran admirador de su trabajo, subrayó: “Es el Mozart del siglo XX, el músico más resplandeciente, el que mejor puede ver a través de las contradicciones de la época y reconciliarlas”, explica DW.
Sin embargo, no todo era tranquilidad y bonanza para el afamado músico. En 1832 fallece Carl Friedrich Zelter, dejando vacante la dirección de la Singakademie de Berlín. Mendelssohn, pensó que ese cargo le sería ofrecido espontáneamente, pero igual presentó su candidatura, grande sería su desilusión cuando le fue negado y más aún al enterarse de la razón “los judíos no son bien vistos en Berlín”. Algo similar ocurrió tiempo después, al renunciar como director de la Academia de Bellas Artes de Berlín. Es importante destacar que su padre: “Renunció a la religión judía y sus hijos fueron bautizados como cristianos protestantes luteranos en 1816”, señala DW. Más adelante, su música fue prohibida por el Tercer Reich y su fama nunca se recuperó del todo.
En 1843 fundó el Conservatorio de Leipzig, donde se radicó y dedicó a componer y dirigir. Se sentía a gusto en la ciudad, era querido por el público y encontró un ambiente positivo para su creación artística. A Mendelssohn se le atribuye el redescubrimiento la obra de Johann Sebastian Bach, al estrenar en 1829 su Pasión según san Mateo.
“Para Mendelsshon la música romántica debía de incluir acordes espaciados y polirítmicos, además de los elegantes perfiles de las armonías y melodías ‘bachianas’”, explica la revista Sinfónica virtual. En tanto, “su romanticismo se aprecia con claridad en el uso del color orquestal y en su tendencia hacia una música programática que describe lugares, sucesos o personas”, complementa el portal Blinklearning.com.
El gran esfuerzo que dedicó a su trabajo debilitó su salud. En octubre de 1847, cuando ensayaba en Viena, para dirigir su oratorio Elías, presentó un cuadro clínico. A su regreso a Leipzig sufrió una apoplejía y falleció, repentinamente, el 4 de noviembre de 1847. Tenía 38 años y su herencia es el himno de los enamorados en el mundo.