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Tchaikovsky: El creador del Lago de los Cisnes

Piotr Ilich Tchaikovsky es uno de los grandes compositores rusos del siglo XIX. Creó 159 piezas: siete sinfonías, 11 óperas, tres ballets, cinco suites, tres conciertos para piano, uno para violín, cuatro cantatas, 20 corales, tres cuartetos para cuerdas, y más de 100 piezas para piano.

Nació en Votkinsk, Rusia, una localidad próxima a los Urales, ubicada a 1.830 km de San Petersburgo,  el 7 de mayo de 1840 en el seno de una familia de clase media. Su padre Iliá Petrovich, era director de una empresa minera. Cuando tenía 14 años murió su madre, Alexandra Andreyevna d’Assier, nieta de emigrantes franceses, a la que el compositor adoraba.  Otra figura importante durante su niñez fue su institutriz Fanny Dürbach, a la que escribiría cartas diciéndole: “Nunca estoy lejos del piano; me alegra cuando estoy triste”, complementa el portal Amigos HiFi.

En 1845 comenzó a tomar lecciones de piano con un tutor local y a los 10 empezó su formación académica en la Escuela Imperial de Jurisprudencia de San Petersburgo. En 1859 se tituló y aceptó un puesto en el Ministerio de Justicia donde permaneció tres años; luego inició un proceso de preparación para ingresar, en 1863, al Conservatorio de San Petersburgo, donde estudió orquestación con Anton Rubinstein y composición con Nikolái Ivánovich Zaremba. En 1866 se trasladó a Moscú, siguiendo los consejos de Rubinstein, para impartir la cátedra de armonía en el Conservatorio que se acababa de fundar.

Entre sus primeras obras orquestales se encuentra una obertura The Storm (1864), la Sinfonía N° 1 Sueños de invierno (1868), su primera ópera La Voyevoda (1868) y un año más tarde completó Romeo y Julieta. 

En la década de 1870 encontramos la Sinfonía N°2 Pequeña Rusia y su célebre Concierto para piano y orquesta N°1, estrenado en 1875.  De ahí en adelante, sus composiciones empezaron a tener un tono propio y su sello característico, cada vez más dado a la melancolía. A fines de ese año abandonó Rusia, para viajar por Europa y comenzó a componer destacadas piezas entre estas: Concierto para violín y orquesta, el ballet El lago de los cisnes (1877), la ópera Evgeny Onegin (1878), la Obertura 1812 (1880) y Capricho italiano (1880). 

En 1876 inició su relación con Nadezhda von Meck, viuda de un rico magnate ferroviario; quien desempeñó un rol importante en su vida durante los siguientes 14 años. “Gran admiradora de su obra, decidió convertirse en su patrona y finalmente le consiguió una asignación mensual regular; esto le permitió en 1878 dimitir del conservatorio y dedicar sus esfuerzos a escribir música”, explica el portal Britannica.

En 1877 se casó con Antonina Miliukova Chaikovskaya, unión que se prolongó por muy poco tiempo y cuya separación le provocó una fuerte depresión, ante lo cual se aisló en una pequeña aldea de Ginebra, Suiza.

Algunas piezas destacadas
La Obertura 1812 es vibrante y emotiva. Narra la lucha del pueblo ruso contra la invasión de las tropas napoleónicas. Cuenta con campanas y salvas de cañón, algo inédito en la época. El Orfeón Nacional Carabineros de Chile, también la incluyó en su repertorio y fue ejecutada en el Teatro de Carabineros, considerando las salvas que fueron con municiones a fogueo. Se trata de una pieza musical relativamente breve, pero de gran atractivo para el público.

El Lago de los cisnes es el ballet más aplaudido del mundo y el mayor producto de exportación artística de la Rusia Imperial. El estrenó el 4 marzo de 1877 en el Teatro Bolshói de Moscú, sin embargo, la crítica y opinión del público amante del ballet calificó de fracaso este debut. En 1895 el coreógrafo Marius Petipá y Lev Ivanov, bailarín principal del Ballet Imperial, reestrenaron esta pieza en el Teatro Mariinski de San Petersburgo, con total éxito y en la década 1940 se popularizó en todo el universo cultural y musical de la época, convirtiéndose en pieza permanente del repertorio del Bolshói, con la participación de la legendaria pareja de primeras figuras Anna Pavlova y Rudolf  Nureyev.

En su última etapa creativa sobresale la ópera La Dama de picas (1890) y los ballets Cascanueces y La bella durmiente (1890) y (1892) respectivamente y la última de sus seis sinfonías: La patética. Falleció el 6 de noviembre de 1893 en San Petersburgo, contagiado de cólera, epidemia que devastaba a Rusia, nueve días después de estrenar esta última pieza. Fue sepultado en el Monasterio Alejandro Nevski de esa ciudad.