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Wolfgang Amadeus Mozart: Un recorrido por la obra de un prodigio

El 27 de enero de 1756 nació en Salzburgo, Austria, Wolfgang Amadeus Mozart. Hijo del violinista y compositor Leopold Mozart y Anna María Pertl, fue el  último de una  familia de siete hermanos, entre los cuales destaca María Anna, conocida como Nannerl, una virtuosa del clavecín.

A temprana edad dio señales de su talento y fue catalogado como un niño prodigio. Jane Glover en  Mozart's Women explica que “un amigo de la familia, el poeta Johann Andreas Schachtner, relató que a la edad de cuatro años Wolfgang comenzó a componer un apreciable concierto para piano y fue capaz de demostrar un sentido fenomenal de la entonación”. Aunque, el mejor testimonio sobre el pequeño Mozart lo entregó el barón von Grimm, amigo de todos los filósofos y redactor de la Correspondance Littéraire, en la que colaboraron todos los enciclopedistas europeos. En el primer capítulo, correspondiente a diciembre de 1763, señala que “los verdaderos prodigios son bastante escasos como para olvidar señalarlos.  La niña de once años, se refiere a Nannerl la hermana, toca el clavecín de manera brillante. Su  hermano, que tendrá siete años, es un fenómeno tan extraordinario que es difícil creer lo que ven nuestros ojos o lo que oyen nuestros oídos. Lo increíble es verlo tocar sin partitura durante una hora seguida y entregarse a la inspiración de su genio”. 

Jesús Cisneros en “Mozart, el genio y la música” explica sobre su personalidad citando a los doctores Edward M. Hallowell y John J. Ratey los que escribieron en su libro Driven to Distraction que “Mozart sería un buen ejemplo de una persona con TDA [trastorno por déficit de atención]: impaciente, impulsivo, distraído, emocionalmente necesitado, creativo, innovador, irreverente y un rebelde”. Aspectos que se identificarán en su relación con  el músico y compositor italiano, Antonio Salieri.

Frente a este eminente talento, su padre organizó una gira por Europa que se prolongó entre 1763 y 1766. Durante ésta fue  invitado a Versalles, Francia, donde tocó para el rey Luis XV y Madame Pompadour y la familia real británica. En Inglaterra recibió clases del hijo de Johann Sebastian Bach. “Johann Christian Bach, fue su primer profesor a parte de su padre. [Además] escribió su primera sinfonía y otras 40 piezas con tan solo 9 años”, puntualiza el portal Mozart.com

En 1768 fue acogido por la corte vienesa, dos años más tarde el Papa Clemente XIV le otorgó, el grado de Caballero de la Orden de la Espuela de Oro. En 1771 la emperatriz María Teresa de Austria, le encargó la ópera Ascanio in Alba, pieza en dos actos, con libreto en italiano de Giuseppe Parini, estrenada el 17 de octubre de ese año, en el Teatro Regio Ducal de Milán, Italia. 

Luego, la corte del príncipe arzobispo de Salzburgo, Segismundo de Scharttenbach, lo nombró konzertmeister, primer violín en español, lo cual le valió su primer salario formal. “El salzburgués, sin embargo, no había sabido rentabilizar la admiración que despertaba desde pequeño. Pese a ser muy apreciado en los círculos de la aristocracia y la burguesía, los primeros meses en la capital tuvo de dar clases de música para sobrevivir, con una única alumna estable”, explica el diario argentino Clarín.

Siete años más tarde, se enamoró de Aloysia Weber, una soprano de origen alemán, quien más tarde lo rechazó. En agosto de 1782 contrajo matrimonio con la hermana menor de Aloysia, Constanze, pese a la oposición de su padre y hermana, por considerar que no estaba a su altura. La pareja tuvo seis hijos de los cuales dos sobrevivieron a la infancia.

En 1786 estrenó, en el Burgtheater de Austria, una de sus obras más reconocidas Las bodas de Fígaro, ópera en cuatro actos, bajo la dirección del mismo compositor, en tanto, el libreto corresponde al italiano de Lorenzo Da Ponte; luego viajó Praga donde triunfó en el Teatro Nostiz y compuso Don Giovanni, estrenada en mayo de 1788 en el Teatro Nacional de Praga. Su libreto también corresponde a Da Ponte. Se trata de un drama jocoso de dos actos que no tuvo gran éxito en Viena. “En 1787 sus obras empezaron a considerarse demasiado inusuales y difíciles entre el público, tremenda ironía si tenemos en cuenta que actualmente se estiman como verdaderas obras de arte”, explica Cisneros. 

Ese mismo año fue nombrado músico de la Cámara Imperial, “pero no estará contento. Tendrá un trabajo demasiado fácil y a su competidor Salieri le ha tocado de nuevo la suerte: será maestro de la orquesta de la corte y ganará 1200 florines anuales. Sobre su sueldo de 800 florines”, agrega el portal Mozart.com. 

En 1789 el Rey Federico Guillermo II  de Alemania le encargó el  Cuarteto de cuerda en re mayor, K 575 “Prusiano Nº1”, entre otras piezas. Un año más tarde, estrenó en el Teatro de la Corte de Viena Cosi fan tutte, ópera en dos actos, que aborda el intercambio de parejas, cuyo libreto también corresponde a Da Ponte. 

En paralelo, empezó a componer La flauta mágica, también en dos actos, pieza estrenada el 30 de septiembre de 1791 en el Theater Auf Der Wieden (Viena), cuyo libreto corresponde al alemán Emanuel Schikaneder. Es una de las obras musicales más conocidas de este género y hasta hoy, la más representada del mundo. Paralelamente, el portal Mozart.com, agrega que “aceptó dos nuevos encargos el primero de un cliente desconocido que le solicitó un réquiem y una ópera con motivo de la boda de Leopold II en Praga. 

En octubre, a pesar de su deteriorado estado de salud, compuso para su amigo el clarinetista Anton Stadler, el Concierto para clarinete K.622, el cual consta de tres movimientos y, a pesar de su agravamiento, continuó trabajando en el réquiem, acto litúrgico católico celebrado tras el fallecimiento de una persona. La Misa de Réquiem en re menor K.626, probablemente, es una de las piezas más importantes de todo su catálogo.

El autor falleció en la madrugada del 5 de diciembre de 1791, a los 35 años en compañía de su esposa, dejando una herencia musical inmensa: sinfonías, conciertos, sonatas, música de cámara, marchas y óperas son parte del patrimonio que luego de  230 años de su muerte recordamos.