Periodo precolombino

Hace 10 mil años las tempranas
poblaciones que habitaban los altos andinos evidenciaron las primeras formas
culturales, entre éstas estaba la Cultura
Chinchorro, grupos de pescadores que vivieron entre Ilo (Perú) y
Antofagasta (8000 a.C. y el 1500 a.C.).
El Norte Grande se extiende
desde la Línea de la Concordia hasta el río Copiapó. Esta área se caracteriza
por tener el desierto más árido del mundo y en ella predominan paisajes cubiertos
de arena, roca y salares, insertos en las hoy regiones de Arica y Parinacota,
Tarapacá y Antofagasta. Antes de la llegada de los españoles aquí vivían: atacameños,
quechuas, aymaras y changos.
Pueblo Atacameño o Lickanantay
Los atacameños se asentaron
entre los ríos Loa y Copiapó, con una marcada influencia del Imperio Inca,
quienes llegaron a la zona en el siglo XV, interesados por los minerales que
podían encontrar en este territorio, El nombre “atacameño”, con que se conoce a
esta etnia, fue
dado por los españoles, aunque son descendientes de la cultura arqueológica San
Pedro. En ckunza, su lengua
originaria, se llaman licanantay, que significa: “los habitantes del territorio”.
Su economía se basaba en la
agricultura y ganadería. Cultivaban, principalmente, en terrazas: maíz, quínoa,
zapallo, porotos y ají. Para ello utilizaban una completa red de canales de
regadío. Vivían en pequeños villorrios protegidos por murallas de piedra,
llamados pucará. La estructura social básica era un ayllu y el conjunto de varios era un señorío (Fredes, 2001).
Sus principales
representaciones están en torno al pago, esto corresponde a una ofrenda, para
establecer un vínculo espiritual con la naturaleza y la Pachamama: “ésta es un espíritu femenino, que representa a la
tierra atacameña y a su fertilidad. Es dueña de todos los terrenos, pastizales,
campos cultivados y rebaños. Otorga fertilidad a la tierra sembrada y a los
animales, permitiendo la producción de una abundante cosecha. Los frutos de la
tierra y la multiplicación del ganado no se producirían sin su poder engendrador”
(Grebe 89).
Los atacameños desarrollaron
piezas de cerámicas monocroma (de un solo color), con un fino pulido en la
superficie y en los textiles se observan: “aves y seres humanos con atributos
zoomorfos los que parecen ser parte de una misma asociación simbólica e
identitaria, en la que se incluyen San Pedro y los valles orientales
bolivianos. El estilo y la calidad de ese material han hecho que los textiles
puedan interpretarse como bienes de prestigio...”.
Pueblo Aymara
Las comunidades aymara ocupan
el altiplano desde Visviri por el norte hasta Laguna del Huasco por el sur. De
acuerdo a su cosmovisión “el campo con toda su biodiversidad tiene calidad y
rango de cuerpo vivo: la Santa Madre Tierra, Pachamama, es generadora de flora,
fauna y humano... Sus cultos se articulan en torno a tres divinidades claves
que representan esta centralidad de la naturaleza-vida-divinidad: el Mallku (espíritu de las montañas que
circundan sus pueblos); la Pachamama y, Amaru (la serpiente que se liga a la
economía de las aguas de los ríos y canales en la zona agrícola)” (Consejo de la Cultura y las Artes 14).
Con el paso del tiempo la
agricultura mejoró gracias a la incorporación de terrazas, canales de regadío y
el uso de guano de aves marinas como abono, generando instancias comerciales.
Para los grandes desplazamientos se necesitaban señales que demarcaran sitios
estratégicos que contaban con agua, refugio y pastos. Éstos fueron identificados
con geoglifos, figuras grabadas en la tierra, generando una verdadera cartografía
artística en los cerros, la que permitiría su visualización a larga distancia.
Tenían una organización bien
estructurada compuesta por varios cargos: alcalde de agua; alférez; pasante o
capitán; fabriquero o mayordomo; padrinos de corte de pelo, tutores, caporales,
despenseros y Citani (Consejo de la
Cultura y las Artes 24).
La ropa tradicional para la
mujer se compone de un vestido tejido de alpaca que puede ser negro o café, en
tanto, el hombre lleva ropa tradicional poncho de alpaca, talega o bolso para
cargar coca (vistaya, chuspa, cocajavaya) y una chalina que generalmente debe
ser de vicuña, especialmente en el caso de las autoridades.
El sedentarismo permitió que
se levantaran aldeas. Las viviendas tenían como soportes, los troncos de un árbol
frondoso, que servía para dar firmeza a la estructura y se cubría de totora,
tanto en el techo como en las paredes.
El patrimonio cultural
material aymara se encuentra vinculado directamente con las evidencias
arqueológicas y coloniales. En el primer caso sobresalen: aldeas, pucarás,
senderos, canales de riego, corrales, entre otras; en tanto, la segunda
comprende las iglesias y los pueblos, además de una materialidad rescatada
desde los fardos funerarios hasta lo que las familias han resguardado como herencia.
Pueblo Quechua
Las comunidades quechuas se
localizan en la zona de Ollagüe, localidad ubicada a 347 kilómetros al este de
Antofagasta y en el río San Pedro, un afluente del río Loa. El pueblo Quechua
desciende del antiguo Imperio Inca y llegaron a Chile entre 1443 y 1470,
durante el reinado de Tupac Yupanqui.
Su cosmovisión forma parte de
los ritos y celebraciones del mundo andino, particularmente a través del pago a
los cerros Mallkus, donde habitan los espíritus de los ancestros, la naturaleza
y la Pachamama.
La agricultura se efectúa en
sistemas de terrazas ubicadas en las quebradas aledañas protegidas de las
heladas, como las de Puquios, Cohasa, del Inca, Caichape y Amincha, en las que
se cultivan papa y alfalfa. En tanto, los oasis y quebradas de Tarapacá,
Mamiña, Quipisca y Miñe, es más diversificada, ya que además de los citados
cultivos se agregaba maíz, orégano y frutales, entre otros productos. En
algunos casos, esta economía es de auto subsistencia y en otros la producción
se destina en parte o totalmente a la venta.
La comunidad quechua
tradicional está organizada por las relaciones familiares, de parentesco
extendido. Se articula socialmente en las ceremonias rituales y religiosas y a
través de trabajos solidarios que convocan a toda la comunidad. Los territorios
y tierras que ocupan se distribuyen de acuerdo a la propiedad individual,
especialmente las zonas de cultivos y la tenencia de tierras comunitarias para
el caso de los pastores.
El patrimonio cultural material se representa por medio de diversas expresiones, como los tejidos, la arquitectura tradicional de los poblados e iglesias y los campos de cultivos, entre muchos otros.
Cerámica
Cultura Arica (Fase Gentilar), 1300-1400 d.C.
Norte Grande de Chile, Área Sur Andina
Colección Santa Cruz-Yaconi,
MChAP-CSCY 1962
160 x 160 mm.