Arzobispo de la Iglesia Ortodoxa rusa donó imagen de la Virgen del Carmen

El Museo Histórico Carabineros de Chile (MHC) constantemente acepta donaciones de objetos relacionados directa o simbólica con nuestro guión. En este contexto, recibió una figura policromada de la Virgen del Carmen, perteneciente al Arzobispo de la Iglesia Ortodoxa rusa en Chile, Francisco Reyes Valderrama, la cual está directamente ligada a su familia, a Carlos Ibáñez del Campo y a las tertulias santiaguinas que se realizaban en Santiago, durante la primera mitad del siglo XX.
-¿Cómo llegó a usted esta figura de la Virgen del Carmen?
– Soy de una familia católica observante. La casa de mis abuelos estaba en calle Domínica y en ella era corriente celebrar los santos, especialmente San José, asistían figuras sobresalientes de la época como el atleta Manuel Plaza y el dúo Rey Silva, destacados exponentes de la cueca y la tonada chilena.
Mi abuela, Josefina Santelices Ramos, conoció a la señora Graciela Letelier en Talca y mi abuelo Francisco Valderrama Bravo, era amigo de su esposo Carlos Ibáñez del Campo, gracias a este vínculo llegó la Theotokos a la casa. Recuerdo que una tía me leyó una carta de la señora Graciela que decía más o menos: “querida Chepita en este día de tu cumpleaños te entrego la imagen de la Virgen del Carmen, de la cual ambas somos camareras. Espero que te guste esta sagrada imagen…” luego mi abuelo construyó el oratorio de la casa.
– ¿Recuerda alguna historia o anécdota relacionada con la Theotokos?
-Mi abuelo me comentó que el actor Lucho Córdova se la solicitó para una procesión que apareció en la película El Padre Pitillo, protagonizada por él y estrenada el 12 de febrero de 1946. Estos antecedentes me hacen suponer que la imagen data de la década de 1920.
– ¿Qué sucedió después?
-Durante la década de 1960 le mandé hacer un hábito nuevo a un convento de monjas franciscanas, ya que el anterior estaba muy a mal traer. Ellas se quedaron con el antiguo traje, que consistía en una capa blanca, mucho más simple que la actual vestimenta. El pelo, sin embargo, es de mi abuelita Josefina y lo colocó una persona con experiencia en esta materia. Anteriormente tenía una especie de peluca rubia, que con los años estaba muy deteriorada.
Diagnóstico
Al ingresar la figura al Museo se sometió a un registro visual a través de fotografías durante todo el proceso de restauración. En primer lugar, se realizó un examen fotográfico con luz ultravioleta. Esto permitió observar que no presenta barniz. Además, se realizó un análisis exhaustivo de las fibras, así se identifico que el traje es de viscosa, la capa de raso y los forros internos como faldones de crea y algodón.
Proceso de restauración
El trabajo más relevante de este proceso fue ordenar y coser las hebras desprendidas en la capa de raso. Esta etapa equivale al 50% de la restauración, para ello se mantuvo el hilo amarillo que sujeta las hebras metálicas y la puntada original. Para facilitar la restauración se decidió desmontar cada una de las piezas para retirar el polvo. Se limpió en forma mecánica (brocha y aspiradora) y en húmedo (hisopos de algodón y agua destilada).
Por lo delicado de su traje, producto de los bordados e hilos metálicos, se aplicó una gasa en la punta de la aspiradora para efectuar este proceso, con el fin de proteger las aplicaciones, además se utilizó pinceles finos para alcanzar los rincones de los bordados. Paralelamente, se lavó el traje del Niño con agua tibia destilada y jabón neutro. Los bordados de la estola se limpiaron con hisopos de algodón y agua destilada. En tanto, la corona se frotó con hisopos de algodón y alcohol, posteriormente se aplicó una crema con base de amonio y se sacó brillo con un paño de algodón. El trabajo lo realizó al conservadora del Museo Carolina Rosales.
Actualmente la Theotokos ocupa un lugar destacado en la sala Carlos Ibáñez del Campo. Ver más.