¿Quién no recuerda los dibujos animados que veía cuando niño? Unos más otros menos educativos hoy conforman nuestra memoria colectiva y se ha transformado en tema de conversación, porque permiten conectarnos con los sueños y la reminiscencia de ayer.

Los dibujos animados son un recuerdo educativo más, capaz de contribuir al desarrollo de habilidades, por ejemplo conocer y nombrar letras, clasificar objetos, compartir, ser afectuosos y por qué no incorporar valores cívicos. Por esta razón, el Museo desarrolló un cortometraje que narra la historia de la función policial desde 1541 a 1927, con el fin de mostrar a grandes y chicos esta arista de la historia de Chile. Al mismo tiempo, es una manera de motivar al alumno para que se involucre en el proceso de enseñanza, porque ocupan un lugar destacado dentro de las preferencias infantiles.

El hilo conductor permite la intervención de nueve protagonistas de este proceso histórico quienes, en primera persona, describen su quehacer en resguardo de la sociedad de entonces. El relato se apoya con ambientaciones de época e íconos que separan los cuadros, facilitando la movilidad espacial.