1° Comisaría de Taltal, testigo del desarrollo histórico local

A 299 km. al sur de Antofagasta y a 1.114 km al norte de Santiago se ubica Taltal, una pequeña ciudad puerto de 13.493 habitantes, según el censo del año 2012. Su principal fuente de recursos es la minería, abarca el 48% de la actividad productiva. Hoy, su bonanza económica se visualiza en las buenas cifras de empleo.
Con el auge de la industria salitrera muchos chilenos exploraron este territorio en busca de fortuna. En este contexto, José Antonio Moreno Palazuelos descubrió el territorio salitrero de Taltal, en 1854 e instaló una planta de minerales de cobre en los faldeos del cerro Barazarte, transformándose en puerto el 12 de julio de ese año, bajo el gobierno del Presidente Manuel Montt. En tanto, para garantizar el fomento de esta nueva industria, el Ejecutivo trazó la ciudad de Taltal y ordenó poblarla, en enero de 1877.
Su despegue se inició alrededor del año 1876 con la apertura de 21 oficinas salitreras entre las que se encontraban: «Flor de Chile», «Esperanza», «Catalina», «Santa Luisa», «Alemania», «Germania», «Alianza», «Santa Catalina», «Salinitas», «Oficina Chile», «Agua Santa» y «Santa Luisa”. Entre los años 1940 y 1960, cerraron la mayoría de estas, manteniéndose en funcionamiento sólo «Alemania», hasta 1977.
En tanto, los 30 mil habitantes que la ciudad poseía en aquella época disfrutaban del teatro y la ópera, existían carreras de caballos en el club hípico y varios diarios entre los que destaca: La voz del pueblo, El pueblo, El eco de Taltal y El porvenir. El despegue de la actividad económica rápidamente transformó a la ciudad en un agitado lugar cosmopolita donde convivían yugoeslavos, italianos, chinos, alemanes, griegos e ingleses.
Con el rápido aumento de la población apareció el bandolerismo. En 1881 nace la policía en esta localidad, compuesta de nueve hombres al mando de un subteniente quienes improvisaron una pequeña y modesta cárcel. Contaban con dos caballos y un carretón, además, eran encargados del aseo de las calles.
En 1889 se inaugura el ferrocarril construido por The Taltal Railway Co., empresa inglesa con sede en Inglaterra; tenía línea de 150 km, hasta Cachinal de la Sierra (Región de Antofagasta) y ramales a todas las oficinas salitreras. Esto significó un avance importante para la actividad económica, porque permitió acelerar el proceso de distribución de los minerales. Así Taltal se transformó en el tercer puerto salitrero del país, lo que motivó el aumento de los escuadrones de las distintas unidades militares existentes en la región.
A comienzos del año 1908 el Presidente de la República, Pedro Montt Montt, cambió la denominación de Regimientos de Carabineros por la de Cuerpo de Carabineros. La creación de esa nueva unidad, se justificó plenamente porque los Carabineros pasaron a ser la única garantía de un buen servicio policial. Esta necesidad se hacía más perentoria en esta región donde, entonces, vivían importantes conglomerados de masas obreras que dieron paso a los primeros brotes de agitación popular.
En 1910 se fundó el Cuartel del Escuadrón Taltal, dependiente del Regimiento Nº 2, dependiendo de dicho Escuadrón la Tenencia Chile con sus retenes Moreno, Iberia y Gruptas y la Tenencia Potrerillos.
El Cuartel del Escuadrón Taltal se ubicaba en calle Esmeralda esquina calle Torreblanca y no cumplía con las mínimas condiciones para su objetivo, por ello se construyó un nuevo cuartel ubicado en calle Sargento Aldea Nº 502, esquina calle Torreblanca. El inmueble consta de dos pisos y comenzó a funcionar en 1920. De su arquitectura destacan las murallas de madera, cañaveral, paja y barro, pisos de pino oregón y techo de zinc.
Tiene una superficie de edificación de 5.075,00 m2 y solo 1.588,89 edificados. Es uno de los edificios más altos e importantes de la localidad, junto al Teatro Alhambra y durante años ha sido testigo del desarrollo histórico de la ciudad.
Actualmente, esta unidad posee amplias dependencias y oficinas administrativas, las que se encuentran debidamente distribuidas en de toda su edificación, con el propósito de cumplir los objetivos institucionales.