Desde 2007 la Dirección de Educación, Doctrina e Historia de Carabineros de Chile (DECAR) imparte las directrices académicas a los diferentes planteles de la Institución desde el Palacio Ortúzar, cuya construcción comenzó en 1929 a solicitud del abogado, y presidente del Consejo de Defensa del Estado, Eugenio Ortúzar Rojas.

El diseño corresponde a los arquitectos Rigoberto Correa y Esteban Barbieri, en él predomina el estilo Tudor (1479-1607) el cual se conjuga con arcos, torreones, heráldica y pilares, a los que se suma un atrio con terminaciones medievales. La construcción del inmueble tomó cerca de 10 años, para lo cual se empleó cemento de Portland. Originalmente estaba inmerso en un gran parque que ocupaba hasta la calle Máximo Bach, en la comuna de Ñuñoa, el cual, con los años fue reducido.

Uno de los ornamentos más característicos del inmueble son sus vitrales. La existencia de éstos se remonta al Imperio romano, cuando algunos artesanos comenzaron a utilizar vidrio de colores, para producir objetos decorativos. En tanto, muchas de las habitaciones del inmueble están recubiertas con madera de caoba traída de Hamburgo, Alemania.

El fierro forjado es otro elemento apreciable en sus terminaciones, aunque sobresale el azulejo sevillano, cuya presencia en la historia del arte está ligada a la expansión del mundo musulmán. “En palacios como la Alhambra de Granada o el Alcázar de Sevilla encontramos un despliegue de modelos y técnicas diferentes, cuya primera expresión es la conocida como alicatado”, explica el portal Rutacultural.com. Con el tiempo, su costo accesible facilitó que se empleara para realzar estéticamente edificios, además permite la refracción de la luz. Una de las técnicas que más se utilizaron para su elaboración es la trepa: esto implica el uso de plantillas sobre las que se pincelaba a mano, logrando mayor homogeneidad en las piezas.

El edificio contaba con una sala de música que se caracterizaba por un imponente piano de cola. Aquí se hacían reuniones sociales a las que asistían renombrados personajes de los años 30. El comedor original estaba ornamentado con esculturas, un imponente espejo de mármol empotrado en la pared recubierta de caoba. Únicamente se utilizaba los domingos y a estos almuerzos asistían importantes invitados como el Presidente Arturo Alessandri Palma.

A lo largo de la edificación sobresale un interesante sistema de calefactores forjados en fierro, con atractivos diseños que evocan la naturaleza. En tanto, las plantas se conectaban con una escalera de mármol que posee barandas de bronce y fierro prolijamente trabajado. En el descanso sobresale un amplio ventanal que exhibe un vitral que evoca el trabajo policial, confeccionado en 2012, y en el techo un enorme plafond pintado por el italiano Aristodemo Lattanzi Borghini, quien trabajó como ayudante de Saverio Morra, creador de los plafones de la Catedral de Santiago. Lattanzi, además, fue miembro fundador de la Sociedad Nacional de Bellas Artes, en 1918.

El Palacio Ortúzar fue adquirido a la sucesión de Eugenio Ortúzar, a través del Ministerio de Obras Públicas. En 1960 se trasladó a este inmueble el Instituto Superior de Carabineros, plantel que impartió sus cátedras hasta 1977, año en que se cambió a su actual ubicación en la comuna de Las Condes.

Posteriormente, las instalaciones fueron utilizadas por el Museo Histórico de Carabineros hasta 1991, fecha en que se mudó a su actual edificio y el inmueble se convirtió en sede de la actual Dirección de Educación, Doctrina e Historia, Alta Repartición que, producto de su constante preocupación por los múltiples aspectos que integran la esencia del hombre, constantemente incentiva el rescate de la historia de este y otros inmuebles con características patrimoniales. Si bien parte del mobiliario ya no está, gran parte de la decoración original se mantiene contribuyendo así a la preservación de una construcción que ha sido testigo, inicialmente del desarrollo social y político de Chile y más tarde de la evolución académica de los miembros de Carabineros de Chile.