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Fútbol en la policía: una oportunidad para desarrollar lazos de compañerismo

El fútbol llegó a nuestro país en el siglo XIX a través de los inmigrantes ingleses que arriban a Valparaíso y en la década de los noventa, nacen los primeros clubes de fútbol chilenos: Santiago Wanderers (1892), Magallanes (1897) y Unión Española (1897). Definido como deporte de multitudes, es innegable la afición por él y la policía no está ajena a ello. Desde antes de la unificación entre las Policías Fiscales y el Cuerpo de Carabineros, el 27 de abril de 1927, los integrantes de la Brigada Central se destacaron en esta disciplina deportiva.

La creación de la Brigada Central en 1906 forma parte de la diversificación de funciones al interior de la Policía Fiscal de Santiago, a principios del siglo XX. Se constituyó con personal escogido entre los funcionarios más antiguos y mejor preparados de las comisarías de la capital. Al alero de esta unidad especializada nace el Club Atlético Brigada Central el 20 de octubre de 1920, con el objetivo de fomentar la práctica de diversos deportes, especialmente el fútbol, que entonces aún no era profesional. Un año antes, varios oficiales de la Brigada comenzaron a entrenar balompié por simple entretención. Generalmente, lo hacían en un sitio eriazo, cerca del Cuartel de Caballería, en calle Bulnes con Mapocho o en los pocos lugares disponibles para esos fines, aunque esto no obstaculizaba su buen rendimiento. Vestía pantalón blanco y camiseta azul con una estrella de color blanco en el pecho, que era el símbolo de la policía.

Fueron tales los logros deportivos del Brigada Central, que no pudo usar más los recintos que antes le facilitaba la colonia española, pues ella había sido una de las más afectadas con el exitoso desempeño del club, lo que motivó la construcción del Stadium. En 1922 se incorporó a la Asociación de Fútbol de Santiago, año en que ganó el título de campeón, en empate con el Audax Sportivo Italiano, habiendo competido con los clubes Magallanes, Santiago Morning Star, Badminton, Ibérico Balompié, Gimnástico y Liverpool.

Los Sports, la primera gran revista deportiva chilena, en su edición del 7 de marzo de 1924 señalaba: “tres años hace que este club compite en las principales series de la Asociación Santiago y en esos tres años ha logrado conquistar siempre el puesto de honor. Este solo hecho bastaría para considerar al club policial como una de las más grandes instituciones deportivas del país”. Luego de la unificación de las policías el equipo modificó su denominación a Deportivo Carabineros de Chile, cesando sus actividades en 1930.

Pero, con el paso del tiempo, surgirán Carabineros destacados en esta disciplina. El domingo 4 de diciembre en 1938, en el marco de las actividades programadas con motivo de la inauguración del Estadio Nacional, el Cabo Manuel Lamilla Flores, de dotación de la 1ª Comisaría Valdivia en el minuto 75 inauguró el marcador del recinto. El encuentro correspondía a la semifinal del Campeonato Nacional Amateur, oportunidad en que se enfrentó Valdivia integrado por: Valenzuela, Durán, Rojas, Barriga, Yáñez, Lamilla, Alvarado, E’orz, Vilches y Fierro con Pedro de Valdivia.

En adelante el fútbol tendrá un rol competitivo y a la vez de camaradería al interior de los planteles. Durante la década de 1990 destacará el profesor de la Escuela de Suboficiales Héctor Balocchi. Dentro de su gestión creó la Asociación de Fútbol de Carabineros, cuya actividad se prolongó por 10 años. Entonces existía un campeonato por Escuadrón, en tanto, en 1998 la selección categoría sénior se adjudicó el primer lugar del torneo interinstitucional, tras vencer a la Prefectura de Fuerzas Especiales, por tres tantos a uno. Desde 2019, este plantel cuenta con un equipo femenino.

Este breve recorrido destaca que el fútbol favorece la cohesión del grupo, la sensación de pertenencia e intensifica la formación identitaria.