En 1940 Benjamín Subercaseaux, Premio Nacional de Literatura 1963, publicó Chile, o una loca geografía, el texto entrega una mirada profunda sobre las características físicas y humanas de nuestro país. En él identifica que “la tierra de Chile es angosta. Hay regiones en que basta subir a un monte para poder abarcarla con la vista desde la cordillera hasta el océano” (53).

Pero ¿quiénes son los centinelas de los 7.801 km de frontera de nuestro país? En la época que el autor escribió este clásico de la literatura chilena, ya era habitual visualizar al Carabinero en la frontera desempeñando su labor. Este servicio es uno de los más antiguos que ejecuta la Institución. Se remonta a antes de su creación, por cuanto el resguardo territorial era parte de la función del antiguo Cuerpo de Carabineros, labor que diversificó cuando se le encomendó el cuidado de las Aduanas, es decir  resguardos marítimos, de cordillera, aduanas y bosques cordilleranos, labor que desarrollaba el Escuadrón de Carabineros de Aduana.

El Servicio Nacional de Aduanas en su página web señala que “en 1774 el Gobernador Agustín de Jáuregui estableció en forma definitiva el servicio de aduana, cuya sede principal se radicó en Santiago”. En tanto, la vorágine del siglo XX hizo necesario reforzar sus labores, principalmente, producto de contrabandos y robos a gran escala en esos recintos, a lo que se suma la preocupación de las compañías navieras por la falta de seguridad.

A mediados de 1923, el gobierno encomendó que esta labor de vigilancia la desarrollara el Cuerpo de Carabineros, destinando10 hombres para tal efecto, en la Aduana de Valparaíso, cuyos excelentes resultados llevaron a la creación de un Escuadrón de Carabineros de Aduana. 

Generalmente se visibiliza al Carabinero de fronteras inserto dentro de un paraje solitario, pero no necesariamente es así. La experiencia indica que las zonas limítrofes son muy activas y, por lo mismo, sus problemáticas no se observan a simple vista.  Esto implica mantener un equilibrio constante entre el rol de observador, especialmente de su entorno y la capacidad de resolución de problemas, entendiendo que todo lo que suceda dentro del límite político internacional, siempre será materia sensible, no solo para la Institución, sino también para el país.

En 1927, una vez realizada la fusión entre las Policías Fiscales y el Cuerpo de Carabineros, la Institución mantuvo esta responsabilidad, estipulada en el Reglamento para la Vigilancia y Seguridad Territorial N° 49, el cual entrega instrucciones y herramientas para el control y custodia de la frontera del territorio.  

En la década de 1960, producto de la necesidad de contar con un organismo especializado que actuara como enlace técnico con el Ministerio de Relaciones Exteriores nace el Departamento Servicio de Fronteras O.S.3 dependiente de la hoy Zona Fronteras y Servicios Especiales. Su misión es planificar, organizar y controlar técnicamente el ejercicio de la soberanía, vigilancia, seguridad y protección a través de patrullajes ordinarios y de soberanía.  Al mismo tiempo, es la primera barrera de control para la prevención y detección de ilícitos relacionados con el narcotráfico, internación ilegal de armas, trata de personas, ley de propiedad intelectual y abigeato, entre muchos otros y, colabora en aquellas materias que están dentro de su competencia con los representes de Extranjería, Aduanas, Conaf, SAG y Sernatur, entre otras organizaciones gubernamentales. 

Hoy, Carabineros de Chile cuenta con 138 los cuarteles fronterizos, los cuales son parte esencial y característica de la Institución, en tanto, su gestión se visibiliza a través del Rol de Integración Nacional. Este breve recorrido refleja algunas de las múltiples labores que Carabineros ha realizado para cumplir en forma eficiente y a la vez silenciosa la trascendental labor: proteger.