Retén Curaco de Vélez: eslabón histórico de Chiloé

Cura, piedra; Co, agua; Vélez, primer encomendero español. Un nombre colmado de simbolismos, distingue a la comuna de Curaco de Vélez, ubicada en la Isla Quinchao, Provincia de Chiloé.
La localidad fue conquistada por encomenderos españoles, pero su población comenzó en 1600, cuando varios colonos expulsados de Osorno llegaron a estas tierras, junto a algunos misioneros jesuitas que venían a evangelizar. Sin embargo, su fundación formal se logró en 1660. Las primeras familias españolas que poblaron este lugar fueron los Álvarez, Oyarzún, Cárcamo, Uribe, Téllez y Vélez.
Por su parte, la Armada de Chile, la define como "Cuna de Héroes", porque aquí nació el destacado Almirante Galvarino Riveros Cárdenas, quien comandó la flota chilena en el combate de Angamos, durante la Guerra del Pacífico. Aquí él fue capturado el monitor “Húascar”.
Otros destacados personajes de nuestra historia que nacieron en esta localidad fueron: el contraalmirante Manuel Oyarzún y el piloto Carlos Miller Norton, quien guió la goleta de guerra Ancud, en la toma de posesión del Estrecho de Magallanes, en 1843.
Después de casi dos siglos de su fundación seguía siendo un villorrio, sin mayores expectativas de desarrollo. A principios del siglo XX el obispo Ramón Ángel Jara, creó la parroquia de Curaco de Vélez y envío a monseñor Francisco Bohle a desarrollar una estructura que permitiera su crecimiento. Planificó el pueblo, trazó las calles, la plaza y la iglesia, saneando la propiedad parroquial. Además, fundó una casa de socorro y el cementerio. Todo este movimiento impactó en el crecimiento de la localidad, por ello fue necesario solicitar presencia policial, para otorgar tranquilidad a la población.
El destacamento comenzó a prestar servicios en 1959, se encontraba ubicado en calle 21 de mayo s/n., frente a la plaza de armas. Posteriormente, fue trasladado a su actual ubicación, Avenida Galvarino Riveros s/n, hoy Avenida Galvarino Riveros 240.
Actualmente tiene la categoría de Retén de Orden y Seguridad y depende de la Subcomisaria de Carabineros Achao. Cuenta con una dotación de ocho carabineros a cargo de un Suboficial Mayor. Su parque vehicular lo compone un furgón. El sector jurisdiccional abarca una superficie total de 80 km2, con una población de 3.500 habitantes. En tanto, el accionar delictual es bajo. Se concentra principalmente en casos de violencia intrafamiliar, delitos menores y faltas. Por su parte, los funcionarios realizan permanentemente servicios policiales ordinarios y extraordinarios de guardia y patrullajes en la población, para garantizar y mantener el orden y la seguridad pública interior y desarrollar la función preventiva.
La localidad tiene una gran atractivo turístico. Anualmente concurre una cantidad significativa de turistas que recorren sus iglesias construidas íntegramente en madera de alerce, disfrutan de sus molinos de agua y se sorprenden con la bella artesanía de lana y fibras vegetales, junto a las antiguas casas ubicadas en calle Errázuriz, construidas en la década del ‘30. Se distinguen por su llamativo diseño arquitectónico forradas con tejuelas de alerce. Hoy están tipificadas como «Arquitectura Vernacular de Chiloé». Otro punto de interés son los cisnes de cuello negro que se ubican en la bahía de Curaco de Vélez.
Por su parte, la figura de Galvarino Riveros Cárdenas, le confiere personalidad a la comuna. Sus restos mortales descansan en una cripta ubicada en la plaza de armas. En tanto, la casa donde nació, ubicada en el sector rural de Changüitad, se transformó en un museo, para honrar su memoria. Durante 2007 fue reemplazado con la idea de crear un Centro de Interpretación Cultural que permita al visitante comprender el desarrollo histórico del territorio e identificarse con su pasado.
El 13 de marzo de 1931 fue inaugurado por el Presidente de la República Carlos Ibáñez del Campo, un busto del Almirante Galvarino Riveros Cárdenas, el cual se trajo desde Valparaíso y fue colocado en la plaza de armas.