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Sargento 2° Mario Sobarzo: artífice de la reconstrucción del Retén Paso El León

Son las tres de la tarde y el Sargento 2° Mario Sobarzo Vidal llega al Museo Histórico de Carabineros (MHC) para revivir uno de los momentos más emblemáticos de su carrera en la Institución: liderar la reconstrucción del Retén (F) Paso El León, luego de un devastador incendio, en abril de 1976.

Nuestra geografía entrega una amplia diversidad de climas y vegetación, éstos, con el paso del tiempo, se transforman en leales compañeros de los abnegados Carabineros que hacen soberanía. Las bajas temperaturas y la distancia de los seres queridos son algunas vallas que deben sortear estos hombres, para realizar esta estratégica labor, que durante 25 años desempeñó el Sargento Sobarzo.

El cuidado de las fronteras constituye uno de los objetivos más relevantes de Carabineros de Chile ya sea con fines de integración social, cultural y principalmente de tipo económico. Hoy, decenas de uniformados se capacitan para cumplir la misión de resguardar la frontera de nuestro país y entregan su experiencia en los 110 retenes fronterizos permanentes y 32 temporales que administra la Institución. Los servicios de frontera tienen cuatro objetivos fundamentales: a) Servicios internos, Guardia y Cuartel. b) Patrullajes ordinarios, los que apelan a la integración de la comunidad. c) Patrullajes de soberanía; es decir, aquellos que se realizan en forma permanente en las zonas limítrofes. d) Entrevistas con las policías de países vecinos.

Un ejemplo de este compromiso es el Sargento 2°, hoy en retiro, Mario Alejandro Sobarzo Vidal. En 1962 se formó como recluta en Temuco, luego ingresó a la 2° Comisaría de Puerto Montt. Durante la década del ’70 asumió el desafió de reconstruir, luego de un devastador incendio, el Retén (F) Paso el León, ubicado en el sector cordillerano, que hoy depende de la 5° Comisaria Puerto Montt, Prefectura Llanquihue, X Zona Los Lagos. El sector comunica las localidades de Lago Frías, Argentina, distante a 58 km de Bariloche y Peulla, localidad chilena ubicada a 26 Km de la frontera. Esta es una zona montañosa, con varios accidentes geográficos, de muy complejo acceso, por la cual transitan baqueanos y arrieros desde la década del ’20, por lo tanto, el Retén no sólo cumplía funciones de resguardo policial, en algunas oportunidades actuaba como aduana.

“El hito está casi en la puerta de la casa de un poblador y en línea recta a mil metros del Retén ubicado a 1.450 metros de Argentina”, explica el Sargento y agrega que “en invierno era muy difícil salir. No había puente en los ríos y cuando había deshielos tenía que esperar semanas. Se usaba manta de castilla para soportar la temperatura, generalmente bajo cero”. Recuerda con nostalgia la conexión con la naturaleza que experimentó en el lugar. “Yo me crié en el campo, por eso creo que no fue tan difícil, estuve 25 años en la zona. Tal vez lo más complejo era almacenar víveres. Durante ese período subíamos a caballo siguiendo una huella. Cada animal llevaba varios kilos de carga y conocía su ruta de memoria. Nos levantábamos a las 5:00 de la mañana, tomábamos café y partíamos”.

El Retén de Orden y Seguridad y Aduana Paso El León comenzó a funcionar el 31 de octubre de 1958, dependiente de la 2° Comisaría Llanquihue con carácter temporal, en una escuela pública de la localidad. La dotación estaba compuesta por cinco hombres de Orden y Seguridad a Contrata, explica el Boletín Oficial N°1.638. En abril de 1976 un incendio lo consumió completamente. “Lamentablemente no alcanzaron a escuchar por radio que se había quemado, afortunadamente no hubo desgracias personales que lamentar, pero su pérdida impactaba considerablemente el resguardo fronterizo”, explica Sobarzo quién entonces estaba a cargo del Retén Río Puelo, ubicado en la comuna de Cochamó. La urgencia por la reedificación de este Retén radicaba en el alto impacto que su ausencia genera en los servicios públicos que colaboran esta labor, por ejemplo: Extranjería, Aduana, Conaf, SAG y organizaciones de turismo.

“Recuerdo que hubo una reunión de oficiales y me solicitaron liderar la reconstrucción del Retén destruido, principalmente, porque antes trabajé en el lugar y, aunque no soy carpintero, acepté al desafío. Me fui por tierra, llevé mis herramientas y al llegar la gente de inmediato se comprometió a poner una cuota de madera. Cuando vieron que era efectiva la reconstrucción la población se puso más participativa”.

El entonces Cabo 1° comenta que su mayor temor era no tener los conocimientos necesarios para alcanzar el objetivo. “A veces no dormía pensando cómo hacerlo. Sin darme cuenta comenzó a llegar ayuda. El General Stange entregó un aporte para terminar, porque no teníamos madera para el piso. Él me preguntó qué me faltaba y ordenó que me dieran los recursos para comprarlo”. A los carabineros se sumaron algunos pobladores y juntos terminaron la misión, que implicaba reunir la mayor cantidad de material de construcción evitando el impacto ambiental. “En forma artesanal cortábamos las tejas y luego un compañero las encajaba. Cuando llovía no quedaba otra opción que suspender las tareas, para evitar que la madera se hinchara y se descuadrara el trabajo”.

El nuevo Retén se inauguró en 1983. “Este trabajo me significó la piocha simbólica de maestro carpintero, luego restauré las casas que se hicieron para el Grupo de Formación Puerto Montt, incluida sus caballerizas y salas de clases”. Al salir de la Institución, en 1986, Sobarzo comenzó a trabajar con un empresario maderero de la zona y mantuvo siempre contacto con ésta, incluso en una oportunidad guió a varios oficiales desde Cochamó a El León.

Hoy el Retén, verde y blanco, guarda entre sus paredes la tenacidad de hombres como el Sargento 2° Mario Sobarzo, cuyo compromiso y lealtad con la Institución transforman su historia en parte de nuestro patrimonio cultural inmaterial.