Tenencia María Elena: memoria de nuestro pasado salitrero

Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta 1930, aproximadamente, se desarrolló en Chile uno de los procesos económicos, sociales y políticos más importantes de la historia nacional: el auge de la producción y exportación salitrera, cuyos vestigios aún son visibles en muchos lugares de la zona como la Tenencia María Elena. Entonces, miles de hombres y mujeres se trasladaron al norte grande en busca de mejores condiciones, adaptándose a las duras condiciones de vida en el desierto.
María Elena es una de las más de trescientas oficinas salitreras que existieron en nuestro país, durante la primera mitad del siglo XX, ubicada a 220 km al noreste de Antofagasta es la última del mundo, poblada y operativa, a su vez, es la capital comunal del municipio que lleva el mismo nombre. El campamento minero se construyó en 1926, en los terrenos de la compañía Anglo Chilean Consolidated Nitrate Corporation con el nombre de oficina salitrera Coya, un año más tarde recibió su actual denominación en honor a Mary Ellen Condon, esposa del primer administrador de la planta, Elías Cappelens Smith. Este campamento tuvo más de 9.000 habitantes y se caracterizó por su alto desarrollo tecnológico, explica el portal Minería Chilena, pues aquí se comenzó a trabajar con un moderno método industrial de extracción del salitre denominado Guggenheim.
En 1927 se inició la construcción de edificios entre éstos uno destinado al Cuartel de Carabineros, nominado en ese entonces Segundo Escuadrón de Carabineros María Elena. Un año más tarde y luego de la fusión, entre las Policías Fiscales y el Cuerpo de Carabineros, recibió la denominación de 2ª Comisaría María Elena, dependiente de la entonces Subprefectura de Tocopilla. En los años 80 cambió su numeración a 4ª Comisaría María Elena y en el año 2000, fue rebajada a la categoría de Tenencia, dependiente de la 4ª Comisaría de Tocopilla.
El destacamento es antecedido por tres pimientos (schinus molle) que bordean los cien años y un frondoso jardín en medio del árido desierto. Fue cedido a Carabineros de Chile por la Sociedad Química y Minera de Chile (Soquimich), empresa propietaria de los yacimientos productivos existentes.
El elemento diferenciador más sobresaliente de este cuartel es su museo, abierto al público y creado a principios de la década de 2000, por iniciativa de los Carabineros que han trabajado en esta unidad. Conserva una serie de objetos, propios de la función policial, utilizados durante el esplendor salitrero, sobresalen placas correspondientes a otras oficinas salitreras, libros de vida, una bicicleta de ejercicios, un sillón de peluquería, una bandera chilena sobre la cual se bordó “Carabineros de Chile Pedro de Valdivia IV 945”, presumiblemente confeccionado en el marco del aniversario institucional. La oficina salitrera Pedro de Valdivia también pertenecía al cantón de El Toco, al igual que María Elena, y en ella existió un retén de Carabineros. Éstas son algunas de las piezas que se exhiben y trasladan al visitante a una etapa importante de la historia de Chile.
La página web del Consejo de Monumentos Nacionales explica que “el pueblo es el único de Chile que tiene sus calles distribuidas según el diseño de la bandera del Reino Unido … Su arquitectura fue proyectada utilizando el estilo misión, que remite a una antigua California mexicana para tratar la escenografía de las edificaciones, recurriendo al corredor como espacio intermedio y valorando el plano y su deliberado recorte contra el cielo”. El 22 de noviembre de 1999, la comuna se declaró Monumento Nacional, en la categoría de Zona Típica, por su valor arquitectónico e histórico.