Teniente Manuel Ibáñez Bustamante: Un final heroico
El 2 de septiembre de 1948 Iquique perdió a un ciudadano ilustre, el Teniente Manuel Ibáñez Bustamante, efectuando su misión: proteger a la ciudadanía. Hoy sus hijos Ilka y Manuel quieren rescatar su legado y compartirlo con las nuevas generaciones, pues su actuar evidencia valores institucionales tan importantes como el compromiso con el servicio público.
La partida de un carabinero no deja a nadie indiferente, más aún si se produce durante el cumplimiento del deber. Ese fue el caso del Teniente Manuel Ibáñez Bustamante de la 2ª Comisaría Iquique. El día de su partida, se corría la etapa Arica-Iquique del Premio General INSA, una carrera automovilística organizada por el Automóvil Club de Chile. En ella, su rol era controlar, principalmente, la seguridad de los asistentes, pues se trataba de un gran evento, cuyos vehículos con velocidades promedio de 120 kilómetros por hora y figuras como Lorenzo Varoli, ganador del certamen, despertaban el interés de la comunidad. Fue el evento deportivo del año, según la portada de la revista Estadio.
La carrera se realizaba en orden cuando, pasada las nueve de la mañana, apareció a gran velocidad en demanda de la meta, el vehículo número 11 conducido por Bartolomé Ortiz Sanz, quien frenó bruscamente perdiendo el control del automóvil y arrollando accidentalmente al Oficial. Ante tal situación y viendo que el trágico desenlace era inevitable, no dudó en interponerse con su caballar, para proteger al público aglomerado en el sector. “Al ver la situación mi papá se bajó del caballo y empezó a sacar a la gente de la calzada, en eso estaba cuando el auto lo atropelló. Pienso que el auto tenía mala la dirección o como frenó muy brusco, en una bajada peligrosa, no lo pudo controlar. Mi hermana tenía casi tres años y yo tres meses de gestación. Fue un golpe muy duro para mi mamá”, explica su hijo, Manuel Ibáñez Coronel ® de Ejército.
El Teniente Ibáñez falleció minutos más tarde en el hospital regional, causando gran conmoción, pues su actuar evitó que la multitud fuese arrollada. Sus restos fueron trasladados en una cureña mortuoria del Regimiento Dolores hasta el mausoleo institucional, ubicado en el Cementerio N°3, en compañía de las más altas autoridades de la zona. “Nosotros seguimos viviendo en Iquique, porque toda la familia de mi madre era de allá y mi tío, casado con su hermana, desarrolló el rol paternal”, agrega el Coronel Ibáñez.
Actualmente, una población y una plaza ubicada en avenida Campo Deporte entre Orella y Pasaje Leonara Latorre, al interior de la junta vecinal que lleva su nombre lo recuerdan y habitualmente en septiembre se realiza un homenaje a este mártir institucional al que asisten importantes autoridades de la zona.
Una vez egresado fue trasladado a la 6ª Comisaría de la Prefectura Santiago. En 1941 ascendió a Teniente y prestó servicio en la Prefectura Aconcagua, un año más tarde fue trasladado a la Prefectura Arica y luego destinado a la 2ª Comisaría de la Prefectura Tarapacá donde, luego de algunas modificaciones internas en esa Repartición, pasó a la 2ª Comisaría Iquique Urbana en 1946, como Jefe de la Tenencia Aduana, su última designación. Tenía 11 años de servicio.
El 12 de febrero de 1944 contrajo matrimonio con Raquel Cortiella Castillo, matrimonio del que nació su hija Ilka y póstumamente Manuel, quien recuerda: “Yo siempre miraba a los carabineros con afecto, aunque construí el recuerdo del papá a través del relato que mi madre me entregó. A pesar de los años lo respeto mucho por lo que fue y lo que hizo”.