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Un mural con historia

El 6 de noviembre de 1991, en el Aula Magna del entonces Instituto Superior de Carabineros, se inauguró un mural que retrata las instituciones que dieron forma a la historia de la función policial en Chile desde la época de la Conquista española hasta la creación de Carabineros en 1927. El proyecto fue ideado a mediados de la década de 1980 por el Coronel Gabriel Ormeño Melet, quien en ese momento era Director del plantel, y encargado al artista italiano Vittorio Di Girolamo Carlini, residente en Chile hace décadas, sin embargo, debido a inconvenientes para su financiamiento éste solo pudo concretarse años más tarde.

La obra no se enmarca en la definición tradicional de mural, pues corresponde a una pintura de grandes dimensiones realizada sobre paneles de madera, que recuerda a las Pala d’altare que durante el período tardo medieval y renacentista europeo decoraban el presbiterio, delante del ábside en las iglesias cristianas, ubicándose en una posición elevada sobre la nave. En efecto, la pintura no fue realizada directamente sobre el muro sino, como expresa el propio artista en una carta del 23 de julio de 1990 y dirigida al entonces Director del Instituto Coronel Juan Brown Galleguillos, se solicitaron “placas de contrachapado Infodema, atornilladas a un reticulado de madera anclado al muro” para soportarla y realizarla. Sin embargo, siguiendo otras definiciones más contemporáneas del término, encontramos que se entiende por mural “…la decoración en cualquier medio que domina la superficie de una muralla (o cielo)…” y que “…también se puede referir a obras realizadas separadamente y fijadas a la muralla.” Por ello, en un concepto extendido, entenderemos la pieza como un mural decorativo desmontable.

La superficie de la pintura corresponde a 45 m2 y el proceso de ejecución comprendió dos etapas: una en el taller del artista y otra directamente en el salón después del montaje. Finalizada la primera, los paneles fueron colgados en la parte posterior del espacio que ocupaba la antigua capilla del recinto, donde se ubicaba el altar mayor y luego retocados en sus detalles in situ. La técnica utilizada por Di Girolamo fue la de pintura al temple de huevo sobre madera, que consiste en mezclar el pigmento (témpera) con yemas y agua, a la usanza de los grandes pintores de inicios y apogeo del Renacimiento italiano como el Giotto, Piero della Francesca e incluso Michelangelo.

El mural se compone de dos soportes que funcionan complementariamente en el relato visual: uno en la parte superior, con forma de “luneta” semicircular, y otro en la zona inferior de formato rectangular, siguiendo la misma estructura de muchas de las piezas sacro-renacentistas del arte clásico italiano. La ejecución e instalación de la pintura duró 5 meses, durante los cuales el artista contó con ayudantes, entre ellos sus hijos.

Las imágenes: un recorrido cronológico
A nivel iconográfico, la composición se lee como la frase de un libro: de izquierda a derecha, y en el sentido contrario de una página, de abajo hacia arriba, mientras en el panel superior la lectura de las imágenes es de afuera hacia adentro.

Panel rectangular
En la parte inferior, el relato histórico se divide en cinco grupos de personajes: los tres primeros recorren las instituciones de origen español, y los otros dos, aquellas de carácter policial instituidas en Chile antes de la creación de Carabineros en 1927.

La escena se abre con dos Alguaciles Mayores que endosan vestimenta y armadura española característica del siglo XVI, uno porta en su mano derecha la “Vara de la justicia”, símbolo de la justicia real, como elemento identificatorio y representativo de su función, mientras en la izquierda sostiene un morrión. El primer Alguacil Mayor en Chile fue el español Juan Gómez de Almagro, nombrado en su cargo por Pedro de Valdivia el 7 de marzo de 1541 cuando funda el Cabildo, y asumiendo sus funciones el 25 de abril de ese mismo año. Como telón de fondo, tras ellos se despliega el escudo de los monarcas de la Corona de Castilla, símbolo de la unión de las coronas de León y Castilla y en cuyo interior están representados el primer cuartel, armas del Reino de Castilla (figura de un castillo amarillo sobre fondo rojo), y el segundo cuartel, armas del Reino de León (figura de un león rojo sobre fondo blanco).

A continuación, en el segundo grupo observamos dando la espalda al espectador en posición de perfil a tres Alcaldes de la Hermandad, representados con vestimenta militar española similar a los Alguaciles; esta institución fue precursora de la policía rural y comenzó a funcionar en Chile el 4 de noviembre de 1587. El primero de izquierda a derecha, lleva botas largas y espolines, materializando una característica de su función: el uso del caballo, ya que era fundamental para los patrullajes en extensos campos y terrenos fuera de los límites de la zona urbana. Dialogando con ellos, aparecen tres vecinos vestidos con trajes militares de la España del siglo XVI, que personificarían a las Rondas (1548), que se ocupaban de la vigilancia de calles y casas durante la noche. En el fondo se despliega otro escudo español que, si bien en forma poco precisa, parece representar en su heráldica la figura de los reinos de León y Aragón, este último oficialmente se presenta como cuatro gules o bastones rojos sobre amarillo, sin embargo, en el mural aparece con una variación cromática tal vez realizada por el artista en beneficio de la composición, como ocurre en el segundo cuartel de armas del Reino de León.

En el tercer grupo encontramos cinco personajes, presentados en una secuencia de izquierda a derecha: primero, dos Dragones de la Reina, caracterizados con su uniforme militar azul, rojo y blanco, portando tricornio y armamento. Esta unidad militar de origen español fue establecida en Santiago por el Gobernador Manuel de Amat en septiembre de 1758; continuando el relato visual aparece un Alcalde de Cuartel, representado frontalmente y endosando un traje formal español y bicornio, aspectos que brindan solemnidad al cargo. Éstos desempeñaban una función de orden y seguridad en los cuatro cuarteles en los que estaba dividida la ciudad de Santiago hacia principios del siglo XIX, tenían además como subordinados a los Alcaldes de Barrio que no están representados en la pintura, pero que cumplían una función similar solo que a nivel de los 16 barrios en que se subdividían los cuarteles. Cierran el grupo dos Serenos, institución española, establecida en Chile en 1780 por el regente de la Real Audiencia Tomás Álvarez de Acevedo. Sus funciones eran proteger las calles durante la noche, encender las velas del alumbrado público al anochecer y apagarlas al amanecer, para lo cual utilizaban un largo bastón, que aparece en el mural acompañando a cada personaje, además debían anunciar la hora y el estado del clima durante la noche; visten poncho y sombrero pues no usaban uniforme, no obstante tenían una jerarquía militar. Detrás de la escena se extienden dos banderas de la Patria Vieja (1810-1814), conformadas por bandas horizontales tricolores en azul, blanco y amarillo, las que parecen circunscribir aproximativamente el desarrollo de sus funciones a ese período cronológico.

Continúan la secuencia dos grupos de personajes que representan a las instituciones policiales chilenas que precedieron a Carabineros: en el primero, destaca un integrante del Batallón Bulnes, representado con chaqueta azul, pantalón rojo y cinturón negro, inspirado en el que utilizaron los soldados chilenos durante la Guerra del Pacífico, conflicto que enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia; siguiendo el relato, vestido con uniforme militar azul con franjas rojas, mirando hacia atrás mientras indica con su índice derecho hacia adelante y empuñando un sable en su mano derecha, un Gendarme de las Colonias, también llamado “Trizano” en referencia al Capitán Hernán Trizano Avezzana, quien comandó este cuerpo entre 1896 y 1905. Los Gendarmes se ocuparon de la seguridad de las zonas rurales en el sur de Chile, entre Arauco y Chiloé entre finales del siglo XIX y principios del XX, precediendo al Cuerpo de Carabineros. En un segundo plano, se ubican dos personajes, uno vestido con uniforme azul y con su mano izquierda en alto, probablemente representa a un Guardia Municipal, detrás de él otra figura con chaqueta blanca y casco azul parece portar los atributos de un Policía Fiscal. Detrás de este grupo se distinguen el estandarte del Batallón Bulnes, exhibido por esta unidad durante su participación en el conflicto, la pieza hoy forma parte de la colección del Museo Histórico institucional. Seguidamente, se despliega una bandera chilena.

El último grupo, se compone de cuatro personajes: en primera línea, encontramos uno con chaqueta verde, charreteras, mangas y pantalones granate, inspirado en el uniforme de parada de la Guardia Municipal; a la izquierda del espectador, y en segundo plano yace en las sombras otra figura que no se distingue a cabalidad, pero que probablemente representa a un Policía de Seguridad, institución que se desempeñó en las ciudades desde 1889. Hacia la derecha, un Policía Fiscal, su sucesor en el desarrollo cronológico de la función policial urbana, retratado con un uniforme de características eclécticas, chaqueta azul, pantalón y casco blanco. El uniforme oficial de esta institución era azul completo, sin embargo, contaban con variables para el verano, en que cambiaba a blanco, o en otras circunstancias debido a condiciones económicas y/o geográficas. Es probable que el artista hiciera converger en una sola figura sus características icónicas. Entre ambos, se asoma la figura de un hombre del Cuerpo de Carabineros, del que se distingue su gorra verde y Carabinas cruzadas en el cuello. Tras ellos, una bandera de Carabineros con estos mismos atributos.

Finalmente, en la parte inferior de la pintura, un conjunto de objetos a los pies de los personajes acompaña la escena completa: morriones españoles, armas, instrumentos musicales, una campanilla de mano del siglo XVI, faroles, documentos y libros entre los cuales destaca la “Lex” o ley y la Constitución; corresponden a atributos de estas instituciones y elementos que utilizaban para el desempeño de sus funciones.

Panel luneta
En la parte superior sobre el panel semicircular continúa el relato pictórico a través de una lectura centrípeta:

En los extremos, están representados los “artífices de la fusión”: vestidos con uniforme azul, el Comisario, Fundador y Director de la Escuela Policial Humberto Contreras de la Vega (lado izquierdo de la composición) y Manuel Concha Pedregal, Prefecto Jefe de la Policía de Santiago y futuro General Director de Carabineros (lado derecho), siguiendo hacia el interior de la composición, el Coronel Arturo Norambuena Riquelme (izquierda) y el General Luis Marchant González, endosan uniformes del Cuerpo de Carabineros, verde y gris respectivamente. El conjunto representa a las dos instituciones que precedieron a la fusión y a los “cuatro pilares” sobre los cuales ésta se concretó, dando origen a Carabineros de Chile en 1927.

Hacia el interior de la pintura distinguimos dos parejas de Carabineros montados: en el lado izquierdo, simbolizando el trabajo que desarrollan en zonas extremas del país aparece un par de funcionarios vestidos con manta de castilla, elemento fundamental para el carabinero en condiciones adversas; en el lado derecho, los otros dos visten uniforme tradicional de caballería. En tanto, los acompañan flameantes banderas chilenas e institucionales. Desde el centro de la composición se acercan a caballo tres personajes: en primer plano, Carlos Ibáñez del Campo, vestido con traje de gala acompañado por dos figuras montadas que lucen uniforme azul, probablemente uno corresponde a Hernán Trizano y el otro a Manuel Chacón, íconos de las precedentes instituciones. Como telón de fondo a toda la escena, marcando el horizonte de un terreno rural emerge la Cordillera de Los Andes y sobre un cielo en degradé se visualizan como sello de agua la silueta de Chile, del rostro del Comandante Chacón y de Carlos Ibáñez vestido de Carabinero.

El conjunto decorativo fue realizado por Di Girolamo a una escala cercana a la talla natural humana, con personajes que interactúan en un espacio realista y que generan la ilusión de una presencia tangible de las instituciones retratadas en un espacio solemne como el Aula Magna de la Academia de Ciencias Policiales. Al igual que en las antiguas iglesias del Renacimiento europeo, esta obra busca contar una historia y todo lo que ella custodia:

“El hecho de que mi pintura sea realista no se debe entonces a una imposición externa, sino a mi decisión libre de comunicar una historia real, con formas tangibles, basadas en una rigurosa documentación” (Discurso de Vittorio Di Girolamo durante inauguración del mural, pronunciado el 6 de noviembre de 1991).